La paridad de género aseguró una elección equitativa entre mujeres y hombres que iban como candidaturas a la constituyente, asegurando no sólo la selección de ambos géneros por igual, sino también- y sobre todo- la postulación de candidatas. Con una Convención Constitucional paritaria Chile será no solamente el primer país en tener una Constitución escrita bajo igualdad de representación de género, sino que estamos más cerca de poder incorporar una perspectiva de género en su contenido.
Sin embargo, ¿qué pasó con las elecciones sin paridad de género? Las elecciones de alcaldías, concejalías y gobiernos regionales lo evidenciaron, reflejando la realidad de la participación de mujeres en la política chilena y la brecha de género histórica que existe en los cargos de representación pública. Así, vemos que del total de 345 alcaldías, 62 fueron para mujeres, lo que representa un 18% del total. Con un porcentaje similar, en la elección de candidaturas para gobiernos regionales fueron electas una mujer definitiva y cinco mujeres para competir en segunda vuelta, representando en suma solamente un 21% del total de personas electas.
Este tipo de cargos son fundamentales para el desarrollo local de las comunas y regiones del país, y por ende, la falta de mujeres en ellos daña profundamente la representación de géneros en las decisiones y la posibilidad de incorporar de manera transversal una perspectiva de género en las diversas áreas.
Estos resultados muestran lo lamentable de que el proyecto de Ley sobre paridad de género en elecciones locales no haya estado aprobado para estas históricas votaciones, y esperamos que sean las últimas. Hoy, la paridad de género mostró ser un mecanismo para competir en igualdad y botar barreras que nos han mantenido históricamente marginadas de cargos públicos para que todos y todas seamos representadas.
Una vez más decimos fuerte y claro, nunca más sin nosotras.
Fuente: Servel (2021)