⚠️ Una de las grandes consecuencias de la pandemia ha sido la crisis económica y la pérdida de empleos. Esta crisis ha afectado principalmente a las mujeres, tanto por la falta de sustento económico o disminución de sus ingresos, como por el aumento en la carga de trabajo doméstico y de cuidados por las extensas cuarentenas. Dentro de las trabajadoras más afectadas se encuentran las trabajadoras de casa particular o servicio doméstico. Según datos de la Encuesta Nacional de Empleo (INE), mientras a fines del 2017 eran 347.524, hoy llegan a 197.432.
En las últimas semanas han vuelto a aumentar las personas contagiadas de Covid19 y, en consecuencia, se ha agudizado la crisis por las medidas de restricción de desplazamiento. En un escenario donde casi la mitad de las mujeres que trabajan en casas particulares lo hacen de manera informal, sin contratos de trabajo ni acceso a previsión social, muchas trabajadoras quedan a la deriva.
En ese contexto, las trabajadoras de casa particular han realizado una serie de demandas que apuntan a la implementación de medidas urgentes de apoyo económico, debido a la dificultad de cumplir las reglas impuestas por la autoridad sin mermar su fuente de ingresos, y protocolos de sanitización para el traslado seguro en el transporte público.
En período de crisis es donde más se ha agudizado y visibilizado la falta de valoración al trabajo doméstico y de cuidados que se realiza en nuestra sociedad, tanto el no remunerado como el remunerado que realizan las trabajadoras de casa particular. Este es un problema estructural y transversal, que da cuenta de la urgente necesidad de políticas públicas que apunten a mejorar las condiciones laborales de quienes realizan trabajo doméstico y reconocer el aporte que realiza su trabajo a la sostenibilidad de la vida.
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas. Encuesta Nacional de Empleo (ENE)
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