
Las mujeres en Chile participamos estructuralmente menos del mercado laboral que los hombres por razones de cuidado, pero a la vez, también son las mujeres de bajos niveles socioeconómicos quienes presentan aún menos participación laboral por esta misma razón.
En el gráfico se observa que en todos los quintiles existe una gran diferencia entre el porcentaje de mujeres y de hombres que se encuentran fuera de la fuerza de trabajo por razones de trabajo doméstico o de cuidado. Sin embargo, son más las mujeres afectadas por esta situación en los quintiles de menor ingreso que en los de mayor. Así, en el primer quintil un 28% de las mujeres se ven en esta situación en comparación con el quinto quintil, donde la cifra alcanza a un 10% de ellas. En este sentido, se concluye que el nivel socioeconómico estaría intensificando el efecto que tiene la carga de cuidados para las mujeres en el mercado laboral.
En un país tan inequitativo como lo es Chile, los factores que generan exclusión o disminución de oportunidades se potencian entre sí. Frente a la falta de servicios estatales de cuidado, un mercado laboral precarizado para las mujeres y la casi nula corresponsabilidad por parte de los hombres en las tareas de cuidado, se observa como la intersección entre ser mujer y ser pobre amplifica e intensifica la exclusión laboral.
Esta situación es aún más grave si consideramos que uno de los impactos sociales más fuertes que ha tenido la pandemia COVID-19 ha sido el retroceso en más de 10 años que hemos tenido las mujeres en participación en el mercado laboral. Y tal como hemos evidenciado anteriormente en ODEGI, la principal razón de las mujeres de esta disminución en la participación es la carga de trabajo doméstico o de cuidados.
Fuente: Encuesta CASEN (2017).