🔴 La pandemia ha tenido un serio impacto en la salud mental de las personas, con especial énfasis en las mujeres. En nuestra publicación anterior, dimos cuenta que un 15% de la población chilena presentó un nivel de estrés severo, de las cuales un 72% eran mujeres.

Cuando se analiza esta misma medición respecto de la salud mental de las personas que tienen hijos o hijas las brechas de género se mantienen: mientras que un 17% de los padres presentó estrés severo, esta cifra aumenta a cerca de un 25% en las madres.

La división sexual del trabajo, y la consecuente distribución de la carga de tareas dentro de los hogares, explican estructuralmente estas diferencias. En general, son las mujeres quienes cumplen los roles relacionados con el cuidado y trabajo doméstico. Las mujeres que tienen hijos o hijas aumentan significativamente su carga de trabajo, es decir, ocupan mucho tiempo más en realizar trabajo doméstico y de cuidados que los hombres y mujeres sin hijos o hijas. Esto hace que tengan, por lo tanto, mucho menos tiempo libre, de ocio y recreación, que es un factor importante para aliviar el estrés.

En pandemia, frente el cierre de escuelas y servicios de cuidado, las medidas de confinamiento durante la pandemia y la falta de corresponsabilidad parental al interior del hogar, las mujeres se han visto expuestas a un mayor nivel de sobrecarga. A esta sobrecarga en el hogar se suma que muchas mujeres trabajadoras han visto mermadas sus fuentes de ingreso, ya sea porque han disminuido sus sueldos o perdido sus trabajos remunerados, lo que las expone a una situación de precarización que también aumenta el estrés.

Una vez más vemos cómo la pandemia y las medidas de cuidado que se han tomado han tenido repercusiones diferenciadas de género, agudizando las inequidades estructurales que existían previamente.

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Fuente: Encuesta Bicentenario, UC (2020)