Estas últimas semanas ha quedado de relieve, una vez más, la importancia de contar con una educación sexual integral y no sexista. Una grave consecuencia que puede tener esta deuda, yace en el acceso a información y uso de métodos anticonceptivos al comenzar una vida sexual activa. ¿Qué nos dicen las cifras?
La Encuesta Nacional de Juventud (2020) muestra que en los últimos años ha existido una tendencia clara de aumento en la utilización de anticonceptivos en la primera relación sexual entre adolescentes. Entre 2015 y 2018 las mujeres que declararon haber utilizado algún tipo de anticonceptivo en su primer coito, aumentó de un 50% a un 77%. Sin embargo, y a pesar de este aumento, el uso de distintos métodos anticonceptivos, y sobre todo, su distribución según género y nivel socioeconómico nos aportan información valiosa sobre el acceso a una educación sexual integral y el derecho a una sexualidad protegida.
Respecto a cuáles son los métodos anticonceptivos más utilizados entre quienes iniciaron su vida sexual de manera protegida, como se observa en las imágenes, el método más utilizado en todos los estratos socioeconómicos es el condón.
Es importante destacar la diferencia que existe en su uso entre distintos niveles socioeconómicos: mientras que un 98% de las mujeres y 96% de los hombres ABC1 declararon utilizar condón en su primer coito, en el grupo E esta proporción disminuye a un 67% de las mujeres y 79% de los hombres. Si bien, hay otros métodos anticonceptivos que han ido tomando mayor relevancia en sectores socioeconómicos más bajos, como los inyectables, estos no protegen de enfermedades de transmisión sexual como lo hace el condón. Estas diferencias dan cuenta de que en un país sin educación sexual, se producen graves desigualdades en el acceso a la información y por ende, es necesario que las políticas al respecto no solo tengan perspectiva de género, sino que también, que ésta sea interseccional.
De todos modos, la tendencia al uso de otros tipos de métodos debe ser mirada con atención y puede ser una oportunidad educativa, sobre todo considerando lo eficaz que pueden ser métodos como las inyecciones o los dispositivos intrauterinos en la prevención del embarazo.
Desde ODEGI, creemos que es urgente avanzar hacia una educación sexual integral no sexista, y que en materia de salud pública, el acceso a diversos métodos de anticoncepción de manera segura y gratuita, debe ser una prioridad.