
Con motivo del Día Internacional de los y las Trabajadoras, y para conmemorar el mes de mayo bajo la consigna #TrabajoSinDesigualdad, desde el Observatorio de Datos y Estadísticas de Género e Interseccionalidades (ODEGI), lanzamos una historia web con datos que evidencian las inequidades de género dentro y fuera del trabajo en el actual contexto social. Además, en este podrán encontrar un kit con una actividad para intervenir los espacios laborales, una herramienta para visualizar las actividades y el tiempo dedicado al trabajo remunerado y no remunerado, con el objetivo de visibilizar la distribución del trabajo y concientizar sobre la necesidad de inclusión y equidad dentro del espacio laboral.
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La tasa de participación laboral entre hombres y mujeres, las horas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (TDCNR) y el aporte del TDCNR en la producción del país son algunos de los datos que se visualizan en el sitio y que constatan las inequidades en el trabajo, y algunas interseccionalidades que profundizan la desigualdad. En particular, estos indicadores exponen cómo la repartición social de labores productivas y reproductivas según los sexos – la división sexual del trabajo -, repercute en la inserción laboral de las mujeres y en su participación en varios ámbitos de la vida pública.
Respecto al tiempo total de trabajo o en personas ocupadas, en base a la Encuesta de Uso del Tiempo (INE, 2015), considerando el trabajo remunerado (aquél realizado en el mercado laboral) y no remunerado (incluye actividades por las que no se reciben un pago e incluyen el trabajo doméstico, de cuidados, de autoconsumo y voluntario), se estima que aún estando inactivos, los hombres dedican casi 4 horas menos que las mujeres en actividades de trabajo no remunerado.

Esta cifra se complementa con la encuesta de evaluación rápida sobre el impacto del COVID-19 en Chile (ONU MUJERES, 2020), en la que se evidencia que un 60,9% de las mujeres declararon que el tiempo dedicado a realizar los quehaceres del hogar aumentó en el contexto de la pandemia.
En este mismo contexto, como constata el sitio de ODEGI, durante el trimestre de agosto-octubre del año 2021, la tasa de participación laboral de las mujeres fue de un 46,9% en comparación con 68,8% de los hombres. Esta cifra comparada en serie de tiempo con trimestres y años anteriores, evidencia que muchas mujeres salieron de la fuerza de trabajo producto de la crisis económica y de cuidados asociada a la pandemia, hecho que se corrobora con la información del boletín estadístico Género y empleo: impacto de la crisis económica por COVID-19, INE: durante el año 2020 se produjo un retroceso de más de 10 años de inserción laboral de las mujeres.
El impacto del trabajo no remunerado en la calidad de vida de las mujeres
Según datos de la ENE, la carga del trabajo doméstico y de cuidados en las mujeres es una de las principales barreras por las que las mujeres no están buscando trabajo para reintegrarse al mercado laboral. El trabajo no remunerado considera, además de las labores domésticas y de cuidados, el trabajo comunitario y voluntario.
Acorde a la Encuesta de Uso del Tiempo (INE, 2015), las mujeres realizan el doble de trabajo no remunerado que los hombres, brecha que se profundiza entre mujeres y hombres fuera de la fuerza laboral. Esta desigualdad impacta directamente en la autonomía de las mujeres, pues les deja menos horas de ocio y descanso y dificulta que participen en el mercado laboral.
El aporte del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en la economía
Un estudio de 2019 realizado por Comunidad Mujer, que valorizaba el aporte del TDCNR, evidenció que el año 2015 el TDCNR en zonas urbanas equivalía al 21,8% del PIB, superando la contribución de todas las otras ramas de actividad económica.
En 2021, el Banco Central actualizó estas cifras proyectando la ENUT 2015 al 2020, un año marcado por la crisis económica producto del COVID-19. Este análisis del PIB por rama de actividad económica, reveló que en 2020 el Trabajo doméstico y de cuidados no remunerado correspondió al 25,6%, 10 puntos porcentuales por sobre la siguiente rama de actividad económica, aumentando en casi cuatro puntos respecto del año 2015.

Comparativa del PIB ampliado entre los años 2015-2020 según sexo.
La urgencia de la corresponsabilidad social
Desde ODEGI señalamos que los datos recopilados evidencian cómo el modelo de desarrollo actual se sostiene en el trabajo que hacen las mujeres al interior de los hogares.
Pese a su importante aporte al bienestar de nuestra sociedad, este tipo de trabajo sigue siendo invisibilizado y desvalorizado, a la vez que tiene consecuencias negativas en la inserción laboral de las mujeres y en su autonomía.
Estos números nos invitan a repensar el modelo económico, redistribuyendo los trabajos domésticos y de cuidados entre las personas, el mercado y Estado para avanzar hacia una corresponsabilidad social de estos”.
Observatorio de datos y estadísticas de género e interseccionalidades
Puedes revisar el sitio web y el kit laboral AQUÍ