Como motivo de “celebración» del Día de la Madre todos los medios se atiborran de mensajes de lo que debe ser una mujer que es madre, viendo repetidamente ideas como las “súper mujeres” o “madre hay una sola” y restringidas nociones de lo que es maternar. Estas imágenes, no solo son un reflejo de los estáticos estereotipos sexistas que tenemos las mujeres en la sociedad, sino que contribuyen con su reproducción y con la perpetuación de las opresiones de género que día a día limitan nuestro vivir.
Según cifras de la Encuesta Bicentenario 2018 y 2019, un 39% de las personas está en desacuerdo con que una madre que trabaja establece una relación igual de cercana con sus hijas e hijos que una que no trabaja, un 45% está de acuerdo con que la familia se descuida si la mujer tiene un trabajo de tiempo completo y un 58% está de acuerdo con que las mujeres deberían permanecer con sus hijas/os en casa mientras son pequeñas/os.
Estas percepciones en torno a la maternidad son un reflejo del rol otorgado a las mujeres en la división sexual del trabajo, donde nuestra labor central radica en el cuidado de la familia y del hogar, exigencia que además viene acompañada de innumerables estereotipos de género asociados a que es ser una “buena mujer” y una “buena mamá”. En este contexto no es de extrañar que un 72% de las mujeres consultadas por La Rebelión del Cuerpo se sientan culpables de cómo practican su maternidad.
Sin embargo, este aparentemente natural protagonismo que se nos impone en el trabajo doméstico y de cuidado esconde extensas jornadas laborales no remuneradas, sostenidas en una falta absoluta de corresponsabilidad social en la crianza y altos niveles de discriminación por ser mujeres y madres, limitando así nuestras oportunidades de desarrollo personal y laboral.
En este Día de la Madre saludamos a todas las madres o personas que maternan, y luchamos porque puedan hacerlo libre de estereotipos, en un país donde se reconozca y valorice el trabajo de cuidado, y donde se distribuya la responsabilidad de criar tanto entre hombres y mujeres, como con el resto de la sociedad.
¡Hasta alcanzar la corresponsabilidad social de los cuidados!