El uno de mayo se conmemora el Día de las Trabajadoras y Trabajadores.
La principal herramienta para disputar la asimetría de las relaciones laborales y representar la voz de las trabajadoras y trabajadores ha sido la organización sindical. Si bien la participación en el mercado laboral ha sido históricamente un espacio de predominancia masculina, en las últimas décadas la inserción laboral de las mujeres ha aumentado progresivamente, llegando a 53,3% en enero 2020, pre-pandemia (ENE, INE).
Junto con el ingreso de las mujeres al mercado laboral, también ha aumentado su participación en los sindicatos. Según datos de la Dirección del Trabajo, el año 2016 las mujeres igualaron proporcionalmente la participación sindical de hombres, llegando a 16,6%. En 2019, la tasa de sindicalización femenina fue de 16,2%, superando la masculina de 15,5%.
Si bien han disminuido las brechas de género, las dirigencias sindicales siguen siendo de hombres. Actualmente, las mujeres representan aproximadamente un tercio de las directivas de los sindicatos, aumentando a un 36% en el cargo de secretaría sindical y disminuyendo a 27,4% en las presidencias del sindicato. Esto puede ser debido a la perpetuación de la división del trabajo en los cargos de las organizaciones.
Según estudios de la Dirección del Trabajo, en las agendas sindicales de liderazgos femeninos, existe una mayor preocupación en la protección de la maternidad y mejorar la calidad de los beneficios obtenidos en las empresas.
La feminización y privatización del trabajo doméstico y de cuidados es la principal razón para impedir la participación de las mujeres en la esfera política, porque aumenta las jornadas de trabajo, la carga mental y la responsabilidad de las mujeres.
Saludamos a todas las mujeres trabajadoras en su día. Tanto a las que trabajan en los hogares y sin reconocimiento, como a aquellas que se organizan por sus derechos laborales en los sindicatos.