El 2019 Comunidad Mujer realizó un estudio que valorizaba el aporte del trabajo doméstico y de cuidados en la producción del país con base en la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (INE, 2015). Sus resultados evidenciaron que el año 2015 el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en zonas urbanas equivalía al 21,8% del PIB, superando la contribución de todas las otras ramas de actividad económica.
Durante 2021 el Banco Central actualizó estas cifras proyectando la ENUT 2015 al 2020, año marcado por la crisis económica y de cuidados por COVID-19. Su análisis evidenció que el TDCNR fue 25,6% del PIB ampliado, aumentando en casi cuatro puntos respecto del año 2015.
El trabajo doméstico y de cuidados es fundamental, en tanto sostienen la vida, la sociedad y la economía del país. Sin embargo, la relevancia que tienen no se condice con la valoración social y económica que reciben las trabajadoras que lo realizan.
La falta de corresponsabilidad social ante el trabajo doméstico y de cuidados, hace que su responsabilidad esté mayoritariamente privatizada, recayendo principalmente en los hogares. Así, su provisión depende de la capacidad de pago que tiene cada familia para externalizar los cuidados al mercado (generalmente en otras mujeres), la disponibilidad de tiempo y las redes con que cada hogar cuenta.
La gravedad de esta situación se agudiza si consideramos que, como hemos relevado en otras publicaciones, son las mujeres las que realizan la mayoría del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en los hogares, lo que repercute en barreras para que puedan contar con ingresos propios y autonomía económica, y la falta de tiempo libre para descanso, ocio y actividades educativas.
Contar con estadísticas actualizadas e interseccionales para medir el tiempo destinado al TDCNR es un mínimo para visibilizar la importancia de estos trabajos y generar políticas públicas que permitan poner la vida en el centro. La implementación de un sistema integral de cuidados que permita instalar la corresponsabilidad de estos trabajos y avanzar hacia acabar con la división sexual del trabajo es urgente, dada la ausencia de políticas en relación a estas temáticas.